Un Terminator de la City

Página/12 | Opinión

856534-854397-afp-0Era previsible. Las brumas del Pacto de Mayo firmado una madrugada de julio, se disiparon con los primeros aires de la mañana tucumana. Los 18 gobernadores que se prestaron a la foto histórica se fueron escabullendo lo antes posible. No tardarán en arrepentirse de su decisión de “otorgarle gobernabilidad y darle las herramientas” a este presidente de ultraderecha, quien les dijo que su misión más trascendente es destruir al Estado y hacer el ajuste más grande del mundo, todo sazonado con aquel “los voy a mear”. Varios de ellos justifican su conducta argumentando que no tuvieron alternativa ante el chantaje económico, consecuentemente se subordinaron, esperanzados de que el Presidente y el Jefe de Gabinete cumplirá su compromiso de entregarles fondos para terminar alguna ruta o solventar sus cajas de previsión. Lo cierto es que el FONID sigue cerrado, sometiendo a sus docentes a una penosa pérdida de ingresos, mientras la obra pública nacional continúa clausurada, con su secuela de desocupación y atraso.

Sin embargo, los 18 gobernadores de la noche tucumana asistieron al “histórico” anuncio de la segunda fase luego del “triunfazo” legislativo de la Ley Base, la cual muchos de ellos, oficialistas y amigables, contribuyeron con el voto de sus legisladores. El consuelo de los firmantes fue que se salvaron del desfile castrense teñido por el despliegue de carapintadas, golpistas y ex combatientes; de un presidente que actúa como tributario de la corona británica, afirmando que “hubo una guerra y nos tocó perder”. De allí que a la periodista de la BBC londinense le dijo sin ruborizarse “el territorio de Malvinas hoy está en manos del Reino Unido”, tiene “todo el derecho de que su canciller lo visite”. El presidente se dio el lujo de subirse a un tanque con su vice Villarruel, con quien comparten admiraciones: ella al dictador genocida J.R. Videla y él a Margaret Thatcher, cuya foto nos mira desde su despacho presidencial. Ante esta conducta de sumisión del gobierno mileista, el otrora gran imperio ahora en franca decadencia se agranda, decidiendo ampliar la zona de exclusión alrededor de “sus islas”. Todo indica que a los pactistas estas cuestiones sobre nuestra soberanía nada le importan.

Quienes expresaron su fuerte apoyo fueron los representantes del gran empresariado, tanto local como extranjero: El Grupo de los Seis, ADEBA, Bolsa de Comercio, Cámara de Comercio y de la Construcción, SRA, IDEA, UIA, CAME y COPAL. No faltó nadie. Todos los supermillonarios celebraron el acuerdo. Su apoyo político se expresa con una diplomacia que oculta sus verdaderos deseos por gritar: ¡Gracias por el RIGI, las reformas laborales, el blanqueo de todo lo que fugamos, la rebaja del impuesto a nuestros sagrados bienes personales, y el traspaso de ese costo a los 800 mil “giles” que tendrán que volver atributar! Finalizado el globo del Pacto y el desfile militar, sobrevino lo inevitable: la realidad económica y social con sus banquinazos cada vez más violentos. Los indicadores del lado de las víctimas del modelo austríaco, que los mercados compraron a precio de ganga, desmejoran dramáticamente: 25 millones de pobres, 7,5 millones de indigentes, o sea personas que pasan hambre, 9 mil Pymes cerradas en 6 meses, el desempleo llegando al fatídico numero del 10%, los asalariados perdiendo en medio año un 19% de sus ingresos, los jubilados sometidos a un ajuste del 28% de sus magros haberes y las clases medias en caída libre. Un ejemplo elocuente es el de la CABA: si bien sus indicadores sociales son menos malos que los de otras provincias, sobre una población de 3.120.000 habitantes tiene 1.083.000 pobres, de los cuales 155 mil son nuevos. Esa catástrofe social se nutre del retroceso de la clase media que cae del 40% a 37% (Dirección Estadísticas y Censos). El dato de la indigencia también es oprobioso: 472.000 personas viven en esa condición, y la pobreza infantil llegó al 44% de los menores de 17 años. El primo Macri guarda silencio.

En el otro polo observamos que los mercados y el Fondo no solo no le creen a Caputo ni a Milei, sino que le exigen abiertamente que conduzca el modelo por otro rumbo más ortodoxo aún: una devaluación, asumiendo que se incrementarán los precios y una nueva confiscación de salarios y jubilaciones. Con ese propósito se valen de su viejo apotegma: el pez por la city muere. Disparan el dólar ilegal y los grandes medios ofician de claque. Lo hacen con los gobiernos populares, pero no trepidan en aplicarlo a los suyos, como el actual. Lo que ya sabemos es que las salidas de las crisis desde la city nunca son a favor del pueblo. El tema central desde las mayorías sociales y políticas es el cambio radical del modelo. No hay solución asumiendo la imposibilidad frente a los poderes económicos. La historia reciente demuestra que esa línea termina mal. En la actualidad llevó a la desilusión, al crecimiento de la desconfianza en los políticos y a esperanzarse con mesianismos de ultraderecha. Se trata de redistribuir efectivamente ingresos y riquezas. Resulta inevitable, entonces, definir de donde saldrán los recursos para atender la actual emergencia de la deuda social.

Así las cosas, a este Terminator, que viene de un pasado olvidado y marginal de la escuela austríaca, a la que el capitalismo nunca le dio pista para aplicar sus teorizaciones, no le va quedando más que despotricar contra “la conspiración internacional” de socialistas, comunistas, populistas, keynesianos y ahora también el culpable del atentado a D. Trump. El Terminator criollo viaja por el mundo en visitas privadas, tras su temerario propósito de impedir la debacle universal que sobrevendrá por la acción del “socialismo empobrecedor” que recorre el planeta frustrando al “capitalismo creador, que siempre ha generado libertad y felicidad”. No debiéramos soslayar el tema de la oposición. Resulta imprescindible que el distanciamiento y rechazo creciente al gobierno encuentre una nueva perspectiva política, no sólo declarativa, sino con un cuerpo de ideas y un programa auténticamente popular y progresista. Una propuesta alimentada de la savia popular, desde aquel subsuelo de la patria, a las clases medias progresistas, protagonistas de las recientes manifestaciones en defensa de la escuela y la universidad pública más grande de la historia.

Nota publicada en Página/12 el 17/07/2024

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El fracaso de los amigables apaciguadores

Página/12 | Opinión

852448-8-a-na-20-281-29-0Estaba cantado, el gobierno salió de festejo por su “triunfo” parlamentario con el afán de instalar que su empuje político es indetenible, consecuentemente, en los próximos días y meses potenciará su plan “contra la casta”. La ley finalmente fue votada, aunque dejó en el camino una parte sustancial de sus pretensiones, lo cual restringirá las herramientas económicas y políticas previstas para avanzar aún más en su proyecto del “ajuste más grande del mundo” que va erosionando la vida de la mayoría del pueblo. La maniobra propagandística-comunicacional tiene un primer propósito esencial: negar que lo que se proponía imponer en 15 días a partir del envión del resultado electoral; llevó seis meses, detenido y obstaculizado por movilizaciones multitudinarias, paros generales del movimiento obrero, la manifestación más grande de la historia de la comunidad universitaria en defensa de la educación pública, un masivo 8M y un 24 de Marzo enorme en todas las plazas del país.

La foto del día negro en que los legisladores de la derecha y los ultras que gobiernan levantaron sus manos junto a los amigables, no explica ni fundamenta la compleja situación política actual. Los radicales, asumieron abiertamente su subordinación a las políticas de la ultra derecha mileista continuando con la línea conservadora de la era macrista. Otros que integran la partida de amigables, luego de formular discursos críticos, lamentos y falsas emociones decidieron votar la súper ley sustentando el viejo y fracasado argumento del “apaciguamiento”. Abrevaron en el ejemplo de aquel ministro inglés Neville Chamberlain creador de la doctrina de hacer concesiones como fórmula para “tranquilizar a la bestia y evitar males mayores”. El resultado de esta claudicación fue deplorable ya que su consecuencia fue cebar aún más a la barbarie. El apaciguamiento duró un día. Luego del jueves negro, el Presidente advirtió que “irá por más”: anuncia la presentación de un proyecto típico de esta era negadora del más elemental rol del parlamento que proyecta la derogación de 80 leyes “obsoletas e inútiles”, para luego agregar “tenemos 3200 reformas más”. Para tal fin el Presidente volverá a habilitar por tercera vez a Federico Sturzenegger, destinado a ser el brazo ejecutor de las facultades delegadas recientemente. Un Terminator invocado por el presidente, cuya misión, cual “coloso”; será el exterminio de todo lo estatal.

Se desnuda que la actitud de los amigables y dialoguistas en pos de dar gobernabilidad resulta un patético fracaso. Un caso emblemático de la inmoralidad propia del cambalache discepoliano es la del diputado De Loredo. Nuevamente este señor, yerno de Oscar Aguad, conocido en Córdoba como el “milico” por su amistad con el genocida Benjamín Menéndez; hace un jueguito de palabras solo apto para muy incautos en el que critica amargamente “la baja de impuestos a los bienes personales a los más ricos, que tienen la plata afuera, y un patrimonio superior a un millón de dólares”. “Estamos en contra, pero nosotros lo apoyamos porque lo votó la gente”. Un chanta disfrazado de diputado. La realidad política es que como corolario de la votación perdió el pueblo y la democracia como sistema sustentado en valores y principios en pos de la unión nacional, el bienestar general, la justicia con un sentido social, y la libertad e igualdad de los ciudadanos y ciudadanas. La delegación de facultades a este presidente no puede ampararse en el argumento de que ya se hizo en otras oportunidades. Quien hoy ejerce la primera magistratura, declaró públicamente que viene a destruir desde adentro al Estado Nacional, desprecia y niega al parlamento al que define como un nido de ratas; a los gobernadores elegidos por la ciudadanía de sus provincias les dice “los voy a mear”, insulta y denigra los presidentes de países hermanos del continente y de otras potencias mundiales. A poco de andar, ante una manifestación pacífica de protesta envía a las fuerzas de seguridad a provocar y reprimir salvajemente a la ciudadanía. A este gobierno autoritario y sometido a los poderes económicos locales y extranjeros, es a quien los congresales le otorgaron facultades que serán ejecutadas descarnadamente contra los derechos de los ciudadanos.

Los auténticos celebrantes del supuesto triunfo son, en primer lugar, las corporaciones mineras quienes lograron imponer su RIGI colonial, a partir del cual, se precipitarán a la apropiación de nuestros recursos naturales, vitales para sus negocios planetarios y no trepidarán en envenenar nuestro medio ambiente. Festejan también las organizaciones empresarias comenzando por la AMCHAM y sus aspirantes de líderes políticos, la AEA; UIA; CAC y SRA. Todos ellos son partidarios del reclamo de ajuste del Estado que implicará reducción del presupuesto universitario, recortes a médicos y enfermeras, a maestros y profesores, a los asalariados de todos los niveles, a jubilados y los anunciados tarifazos. Festejan también los propulsores de la destrucción de nuestra ciencia y del acervo cultural nacional. Corona la fiesta de las minorías el FMI quien afirma su apoyo decidido al plan de gobierno y sus “resultados positivos”, aunque complementariamente reclama gobernabilidad y atención al conflicto social, concluyendo con otra de sus clásicas presiones: “el tema central es que se concrete el ajuste fiscal y se mantenga en el tiempo”. Un eufemismo que oculta su verdadero propósito: que el ajuste sea perpetuo. En suma, esos núcleos de poder serán los responsables del inevitable agravamiento del conflicto social y de la respuesta represiva que aplicará la dupla Milei - Bullrich, con la aquiescencia de los grandes medios de dominación y sus editorialistas disfrazados de objetivos y neutrales. Muchos de esos círculos fácticos guardan un silencio ominoso frente a la ausencia de justicia e impunidad sobre el gravísimo atentado a la vida, la convivencia y la democracia sufrido por la líder y ex vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner.

Los 25 millones de pobres, los 7 millones de ciudadanos que ya no comen todos los días, el 60 por ciento de los menores de 14 años en la pobreza y las clases medias en derrumbe, nada les importan. Mucho menos conceptos como Soberanía Nacional, Patria, Nación o Pueblo. Todos esos valores los esconden en el arcón de lo impuesto por la cultura neocolonial, bajo el apotegma de que son ideas anacrónicas.

Nota publicada en Página/12 el 03/07/2024

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Lobbistas criollos, intereses foráneos

Página/12 | Opinión

amchAlguien tenía que ser. Alguien debía asumir abiertamente, sin ninguna restricción por su historia, ideología o pertenencia partidaria, la defensa y exigencia a la sanción integral de la ley que Milei se propuso imponer desde el inicio de su gestión. Transcurrieron seis meses de resistencias populares expresadas en calles y plazas, con su fuerte repercusión en los parlamentarios, que impidieron su aprobación en las Cámaras.

La American Chamber of Commerce, la cámara de empresas estadounidenses conocida como AmCham, decidió que era su momento. Aunque ya venía calentando sus motores intervencionistas, se propuso ser la punta de lanza en la actual disputa política. El hecho de ser una corporación que aglutina a empresas extranjeras dedicadas a los negocios en nuestro país, no implicó reserva alguna. En realidad su conducta viene siendo la de un grupo que practica un lobbismo impúdico, presionando a los congresales, a las fuerzas políticas y a la opinión pública para que la ley sea aprobada.

Todo indica que la American Chamber no solo opera a favor de los negocios de sus más de 717 empresas, sino que decidió actuar como un factor de poder político, apoyando al gobierno de Milei, al que asume como su representante. El presidente de AmCham y su CEO sienten la pulsión emocional de quien lidera una cruzada, en este caso, para que la Argentina sea “un país gobernable, integrado al mundo, con políticas que transformen y normalicen el funcionamiento del Estado”. Se trata de otro modo de plantear el plan ultraliberal thatcheriano de mutilación del Estado nacional. Vendría a ser una traducción más elegante de mileismo vulgar, quien lo dice con su modo de grotesco comediante: “soy el topo que destruye el Estado desde adentro”. Sin embargo, estos señores nacidos en nuestras tierras sureñas, graduados en la UBA, a la que ahora su gobierno agrede quitándole el presupuesto, tienen su corazón mirando al norte. Su CEO, Alejandro Díaz, se presenta en una nota importante del diario Clarín, declarando la necesidad de “introducir más cambios en la ley, sobre todo en los marcos regulatorios”. El ejecutivo se inspira en la línea política definida por la organización, cuyas pretensiones abarcan todos los temas en debate en el Congreso: reinstalación del impuesto a las Ganancias, ya que el actual “es inequitativo por lo cual resulta crucial insistir”. En bienes personales declaran que “si no se vuelve” al dictamen original “se verá afectada la clase media”. En el tema de la reforma laboral, AmCham reitera el argumento clásico y vetusto de que una reforma “generará condiciones para la empleabilidad”, omitiendo que ese pronóstico nunca se verificó. El RIGI “es clave y el listado de industrias alcanzado es limitativo”, reclamando su redacción original. En privatizaciones protesta y demanda más de lo mismo “la actual versión restringe la capacidad del ejecutivo”. Ante la bajada del artículo que eliminaba la moratoria previsional, los chambers van por más “hace falta una reforma extensa y abarcativa”. Para no dejar ningún negocio en el tintero, critica el eventual incremento de las regalías mineras, esgrimiendo otro argumento anacrónico: “habrá una fuerte pérdida de competitividad”. Desde su condición de titular de la entidad, Facundo Gómez Minujín, un cuadro del banco JP Morgan, se sumó, al coro de lobbistas, que le exigen a los diputados garantías ante la hipótesis de que “las reformas sean insuficientes”. Lo cierto es que tras toda la fraseología técnica diplomática presionan sin ningún pudor, para que los súper millonarios que representan potencien sus ganancias, y engorden más aun sus bolsas de ricos famosos universales. Adornan el rol de su organización, exhibiendo como un mérito su condición de grupos monopólicos: se jactan de que 7 de cada 10 productos que se ven en las góndolas de los supermercados provienen de las empresas de la chamber. El sorprendente protagonismo del señor Minujín trae al presente un antecedente histórico: el rol político militante del embajador Spruille Braden frente al General Perón. Cierto es que aquel cuya cruzada terminó en un gran fracaso era norteamericano de verdad, nacido en el estado de Montana. El diplomático le dijo al entonces vicepresidente Perón que si accedía a sus peticiones relacionadas con empresas aéreas norteamericanas, no obstaculizaría su candidatura a presidente. En ese diálogo “amigable” recibió como respuesta: “en mi país, al que hace eso se lo llama hijo de puta”. Las crónicas dan cuenta de que el ambassador se retiró tan precipitadamente que se olvidó el sombrero. Resulta obvio que el presidente Milei jamás imaginaría una respuesta como esta. En todo caso le cabe al pueblo argentino, a sus dirigentes políticos y a sus representantes parlamentarios, actuar como ciudadanos de una nación soberana rechazando a estos nuevos colonialistas criollos. Claro que los american chambers no están solos, el FMI hace lo suyo. Como siempre su posición define lo esencial: apoya decididamente el plan del gobierno y “sus resultados positivos”. Complementariamente reclama gobernabilidad y atención al conflicto social, para concluir con otra de sus clásicas exigencias “el tema central es que se concrete el ajuste fiscal y se mantenga en el tiempo”. Otro eufemismo que oculta su verdadero propósito: que el ajuste sea perpetuo. En suma, el poder verdadero define desde Wall Street y Washington como debe ser la ley que se debate en nuestra Cámara, solo que ahora lo hace sin ningún reparo diplomático y mucho menos moral. Ese es su rol, a sabiendas que la disputa cultural la lleva a cabo el gobierno y los grandes medios de comunicación. El Presidente montado en su triunfalismo califica de héroes a los fugadores de grandes fortunas que ganan aquí, con el aporte y el esfuerzo de nuestros trabajadores, profesionales y científicos. En cambio “los culpables” de las penurias de nuestro pueblo pasan a ser una cada vez más indescifrable casta, y no los multimillonarios que medran más que nunca con las actuales políticas económicas, su consecuente fábrica de millones de pobres, y agresión a las clases medias con tarifazos, reponiendo impuestos, bajas salariales y jubilatorias.

Una vez más retorna la maldición de Malinche…“brindar al extranjero nuestra fe, nuestra cultura, nuestro pan, nuestro dinero…damos nuestras riquezas por sus espejos con brillos”.

Nota publicada en Página/12 el 28/06/2024

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Los verdaderos opositores y los celebrantes de la ley Bases

Página/12 | Opinión

bases1El Congreso blindado por un dispositivo represivo, propio de una doctrina de guerra interna, expresó la instalación de una política de enfrentamiento a la protesta social organizada. En aplicación de esa ideología se desató una acción violenta contra la presencia popular convocada para demandar al Parlamento en el momento crucial del debate de leyes que perjudican la vida de las mayorías y horadan las conquistas sociales y la soberanía como nación.

Milei obtuvo su primera victoria parlamentaria, luego de seis meses frustrantes de negociaciones y concesiones, que lo obligaron a dejar en el camino partes sustanciales de su proyecto para que “el topo destruya al estado desde adentro”. Sin embargo, se debe asumir como una derrota para el pueblo argentino, especialmente cuando comience a tener efectos concretos en la vida cotidiana. La sanción debería leerse con sus claroscuros, ya que aún queda camino por recorrer, con el trasfondo de la crisis social y económica que sigue agrediendo la actividad productiva, el trabajo y la vida de las familias argentinas.

La observación sobre los celebrantes de la votación en el senado, hecha luz sobre la conducta política que asumieron los legisladores ante una instancia crucial del compromiso con el electorado, sus convicciones y fidelidad a sus identidades y principios. Lo cierto es que quienes salieron de festejo son, en primera instancia, los verdaderos autores intelectuales de la ley y sus beneficiarios directos: las corporaciones empresarias. Unos de los que primeriaron fueron los inversores del omnipresente partido de los especuladores. Otro esperado celebrante fue el FMI que definió lo esencial: “el programa sigue firmemente encaminado” y apoya… ”los esfuerzos de las autoridades por afianzar el proyecto”, aunque luego reclame que “sin ganancias ni bienes personales se compromete la meta del déficit cero”.

Una vez más el FMI es el poder encargado de consagrar el apoyo de los prestamistas y los fondos de inversión a este enésimo plan de ajuste al pueblo y de sumisión a los negocios de la multinacionales. Luego de apoyar y afirmar “que vamos bien” exige ir por más. Ahora con un gobierno directamente de ellos y pro Estados Unidos se propone apropiarse de los recursos mineros, con el RIGI como estatuto neocolonial votado por legisladores miserables que no desconocían el despojo para la nación que implica ese capítulo. En este sentido afirmó el senador Wado de Pedro: “es una rendición colonial ante el poder económico extranjero”… de allí que… “necesitamos dirigentes con el coraje y el valor de defenderlos”. Los señores del petróleo y el gas también alzaron su copa: Marcos Bulgheroni manifestó estar “muy contento por la aprobación de la ley”, ya que “se abren nuevas oportunidades de negocios”.

No podía faltar Wall Street. Sus voceros destacaron: “El HSBC, el JP Morgan y el Bank of America celebran la decisión del Parlamento argentino”. La Bolsa también expresó su algarabía aunque no olvidaron aclarar que se deben revertir las modificaciones hechas en el Senado: privatizaciones, vigencia de la moratoria previsional, no reversión de Ganancias y no reducción de Bienes Personales. Clarín se suma a la exigencia: “ganancias y bienes personales, piden a los dialoguistas que insistan para revertir el rechazo en el Senado”.

La Ley Bases fue votada, pero lo hizo dejando jirones en el camino por el impacto social de los paros generales y las masivas movilizaciones que generaron inevitables resonancias en el Parlamento. Es destacable la posición del bloque de legisladores de UxP en ambas cámaras, varios de ellos reprimidos por orden de la Ministra de Seguridad durante la movilización. Los amigables finalmente, le dieron una ley a Milei y Villarruel, que además les posibilita correr por unos días la exhibición de la crueldad y corrupción del Pettovellogate ocultando en los medios las heridas sociales de su medio año de gobierno con sus 25 millones de pobres, 7 millones de personas con hambre y el 60% de los menores de 14 años en situación de pobreza.

La disputa política en el parlamento desnuda las mutaciones ideológicas trajeadas, como otras veces, con el ropaje de “realistas”, y el novedoso “me debo a mi provincia” de algunos legisladores, como si los que se mantuvieron firmes en sus valores e identidades no tuvieran la misma e imperiosa necesidad de defender a sus distritos y sus ciudadanos. Uno de los elementos políticos emergentes, luego de un tiempo que se mantuvo soterrado fue el eterno retorno del concepto de moderación. Esta posición ideológica es la fuente del relativismo a todo conflicto frente al núcleo del poder económico mediático en pos de la distribución de la riqueza. Se trata de legisladores y políticos quienes en la disputa de poder actúan como un remedo de girondinos ante el jacobino peligro kirchnerista. Claro que lo hacen en negociaciones subrepticias sin la existencia de ninguna gran revolución. Desde esa moderación neorelativista se escandalizan porque Cristina acusó de “votar por la entrega de la Patria” a quienes levantaron sus manos votando el RIGI, que implica la colonización de nuestros recursos naturales a favor de las corporaciones mineras capitalistas.

El senador “peronista” Kueider fue clarísimo: “soy peronista, tenemos que salir del esquema blanco o negro… pero no tiene que ser porque obstaculicemos al gobierno”. El hombre se sinceró: entre lo blanco y lo negro, decidió votar por lo negro. Lo cual implica no obstaculizar a este gobierno de ultra derecha furiosamente anti peronista. No estuvo solo, muchos radicales continuaron su bancarrota conservadora. Cierto es que otros sostienen su identidad e historia partidaria.

Milei logró la renovación del swap del gobierno chino, pero a un enorme costo de su posicionamiento en política internacional anti china, anti rusa y anti americanista. Debió aceptar firmar la renovación del swap ante el politburó del Partido Comunista, lo cual contradice lo dicho a los cuatro vientos en la materia, particularmente que no negocia con comunistas. Hace solo un mes otro “comunista corrupto, Lula Da Silva” accedió a vender el gas que argentina necesitaba para no entrar en crisis energética.

Nota publicada en Página/12 el 19/06/2024

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Sheinbaum, un mensaje para la región

Página/12 | Opinión

shein“Nunca agacharemos la cabeza”, afirmó luego de su notable triunfo la flamante presidenta de México, Claudia Sheinbaum. La frase fue dicha ante la prensa fijando posición sobre las relaciones de su país con los EE.UU: “con coordinación, pero sin subordinación”. Su victoria y su frase resultan alentadoras para el debate de siempre que se libra en la política de nuestro continente. Un acontecimiento tan trascendente para las fuerzas populares y progresistas de esta parte del mundo contribuye a la ponderación del fenómeno político cultural del avance de la ultra derecha, tanto de su expresión local como en la del neo nazismo europeo y norteamericano. Algunos analistas argentinos, concluyen que en la actual fase histórica no habría espacio para alternativas populares, solo serían posibles variantes centristas. Se intenta instalar la idea de que el avance de la derecha “es una realidad que se debe asumir allanándose al cambio de época”.

Sin embargo, si apreciamos el escenario en América Latina surge una situación muy distinta. Los dos países más grandes son gobernados por fuerzas progresistas: Lula en Brasil, quien derrotó al bolsonarismo, y ahora Sheinbaum en México, dando continuidad al modelo de AMLO liderado por el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), junto al Partido del Trabajo y los Verdes. Si agregamos que en Chile gobierna Gabriel Boric, en Colombia Gustavo Petro, en Venezuela el chavismo del presidente Maduro, en Bolivia Luis Arce del Movimiento al Socialismo, en Cuba la continuidad de la revolución que resiste al bloqueo del imperialismo, el triunfo de la izquierda en Honduras bajo la presidencia de Xiomara Castro, el nacionalismo progresista guatemalteco y el muy posible triunfo del Frente Amplio en Uruguay; el mapa político americano es el opuesto al europeo. Las fuerzas populares, progresistas y de izquierda son predominantes, a pesar de las derrotas en Argentina y Ecuador. La victoria de Sheinbaum expresa la vigencia del ideario popular, que reivindica el rol principal del estado y las políticas públicas para materializar la distribución del ingreso, de la riqueza, el desarrollo productivo con inclusión social y también la impactante evidencia de que Sheinbaum será la primera mujer que gobernará México. Se afirma además la idea de integración americanista y una visión multilateral de las relaciones globales, revalorizando la soberanía frente a las potencias capitalistas, todo lo cual se ubica en las antípodas de la Argentina liberal libertaria inspirada en el ideario thatcheriano, cuya gestión va desnudando resultados sociales catastróficos. El trasfondo que emerge tras las brumas de la cotidianeidad política es el drama que atraviesa gran parte del pueblo. Los porcentajes son un número con una barra invertida y un circulito arriba y otro abajo: 57% de pobreza, de los cuales 60% son niños y niñas, y un 32% padeciendo insuficiencia alimentaria. Si nos corremos de los porcentajes, los números se entienden mejor: en la Argentina de la motosierra y la licuadora, hay 25 millones de seres humanos pauperizados, de los cuales 15 millones son menores de 14 años; y otros 7 millones sometidos al hambre.La situación es tan crítica que la Iglesia Católica, en la voz del arzobispo García Cuerva, le dijo al Presidente que “no se hagan los tontos y que acompañen con hechos, y no solo con palabras, el enorme esfuerzo que está haciendo el pueblo”.

El Gobierno no logra correr de la agenda la cuestión de los alimentos retenidos por la ministra Pettovello, potenciada por las denuncias de corrupción. El descalabro se completó por ineficacia en la gestión, lo cual provocó una crisis de abastecimiento de gas, que se resolvió por la predisposición del “comunista corrupto” que preside Brasil, despilfarrando cientos de millones de dólares.

En este escenario se intentó presentar como un logro el dictamen con disidencias de la Ley Bases en el Senado, articulado por el Jefe de Gabinete, a quien presentan como el nuevo Maradona de la política. Todo duró muy poco. A la semana siguiente de su renombramiento, la Cámara de Diputados dio media sanción a un proyecto para recomponer las jubilaciones a los valores anteriores de la decadencia mileista. Nuevamente el presidente enfureció retomando sus agresiones a los congresales: “me importa tres carajos, la voy a vetar”.

El establishment duda, se impacienta y presiona al Congreso para que se vote su Ley Bases. Esta vez, no fue uno de los tiburones del mercado, Eduardo Eurnekian, quien le dijo al Presidente que “ponga las bolas y conduzca al país”. Se suma la incertidumbre sobre del pago del swap chino, complicado por el alineamiento irrestricto a EE.UU y los insultos a la República Popular. En definitiva, con la desproporcionada reacción por el incremento presupuestario de 0,42 puntos del PBI, se intenta afirmar un sentido común de aquello “que no se debe hacer”. Sostienen su estrategia de correr todo el escenario político hacia la derecha, de allí la fenomenal operación mediática tendiente a instalar la sensación de que por la media sanción de una ley que mejora la vida de los jubilados; se generará una debacle presupuestaria. La campaña incluye un fuerte cuestionamiento a la Cámara de Diputados por la aprobación de la norma y haber cometido el pecado mortal de articular una alianza política circunstancial, lo cual es una estrategia común en cualquier parlamento. Se trata de un enorme bluf, pero con un claro sentido ideológico: el poder real no acepta que se altere en lo más mínimo el proyecto del ajuste más grande del mundo. Quienes actúan con independencia política e identitaria, pasaron de ser el nido de ratas a “degenerados fiscales”, quienes ante tamaña herejía irán al purgatorio para su purificación. Todo indica que en el Congreso resuenan las demandas perentorias del pueblo congregado en plazas y avenidas, como las mujeres el 8M, la enorme reserva democrática del 24 de Marzo, los paros de trabajadores y la histórica marcha en defensa de la educación y la universidad pública. Así es que se va desgastando otro elemento central del discurso exitista y desmovilizante y su pretensión de horadar la voluntad de oponerse y luchar contra el plan de Milei (ya que al gobierno nada lo detendría). Ni paraliza a la ciudadanía, ni logra modelar a su antojo al parlamento. De eso se trata: no agachar la cabeza.

Nota publicada en Página/12 el 14/06/2024

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Bases para la gran subasta mileista

Página/12 | Opinión

basesLa Ley Bases y el DNU 70/23 representan los instrumentos fundamentales para la revisión radical de las relaciones económicas y la vida social y cultural del pueblo argentino. El presidente Milei se propone generar un “shock”, con vistas a producir una transformación regresiva de las rentas y las riquezas acumuladas a lo largo de décadas a favor de las oligarquías locales y las multinacionales; reduciendo a extremos dramáticos la participación de trabajadores y clases medias en el reparto de esos bienes y servicios. Las disputas políticas que se vienen dando alrededor de la ley, desnudan las inevitables tensiones ante el propósito extremo de la ultraderecha que trata de explotar al máximo su triunfo electoral.

Las concesiones que el gobierno viene haciendo a diputados y senadores, no alteran el propósito central de la ley. Ninguno de los consentimientos a las demandas específicas de provincias, compensa el daño al conjunto de la ciudadanía de todo el país; incluyendo a los habitantes de los distritos que lograron algún “beneficio”. Más grave aún, es el perjuicio a toda la Nación, por la entrega de nuestros recursos naturales a las multinacionales mineras e industriales, asociadas en algunos casos a grupos de la burguesía local, expertos en medrar a costa del estado nacional. El tan cuestionado RIGI, no es otra cosa que un estatuto inficionado de ideas neocoloniales, presentadas como “modernas”, elaborado por los estudios jurídicos de las empresas, y apoyado enfáticamente por la CAEM (Cámara Argentina de Empresas Mineras). Sus argumentos se reiteran a lo largo de las décadas: la ley “destrabará” miles de millones de dólares y “generará certidumbre” para la venida de inversiones. Igual postura adopta la UIA, cada vez menos industrial y mucho menos argentina, quien no puede ocultar su abandono de los intereses generales de la Nación, de la propia industria nacional y de las Pymes. La eventual aprobación de la ley y su malhadado RIGI, nos dejará sin nuestros minerales, con regalías regaladas, los dólares de las exportaciones quedarán afuera, no habrá desarrollo de nuestras Pymes, y dañarán a la naturaleza, ya que no hay exigencias taxativas sobre el cuidado del ambiente y la vida de los pueblos circundantes.

En tal sentido resulta necesario recordar el ideario de los fundadores de la Patria. Decía Mariano Moreno: “El monopolio es un atentado contra la libertad humana”. Sobre el orden económico colonial proponía: “hacer desaparecer las fortunas agigantadas de cinco mil mineros y pasarlas al poder de la nación por diez años”, refiriéndose a la minería del Alto Perú, actual Bolivia. Agregaba, siguiendo a San Ambrosio: “es mejor conservar la vida de los mortales, que la de los metales”. Claro, se trataba de las decisiones de un patriota; ahora actúan “los vendepatrias”, como acusaba Evita. La ley “mejorada” mantiene incólume su sentido principal: mutilar al Estado y favorecer impúdicamente a los oligopolios, tanto locales como a los ultramarinos.

Se les concedió a los legisladores patagónicos una excepcionalidad en la reposición del impuesto a las Ganancias, pero al respecto se impone una preguntita: ¿y los otros 800 mil asalariados que volverán a tributar por sus “ganancias”? Se reducen facultades delegadas, pero siguen otorgando otras muy importantes a este presidente, quien todos saben, no vacilará en aplicar el poder que le confieren a favor de los grandes empresarios, sus “verdaderos héroes”, incluyendo a sus admirados millonarios de Wall Street y Silicon Valley. Pareciera que poco importa la eliminación de la moratoria previsional instituida por Cristina Kirchner, a partir de la cual cerca de cuatro millones de ciudadanos/as, mayoritariamente mujeres, pudieron materializar su derecho a la jubilación. En la norma sobre blanqueo, se hicieron concesiones, pero en su esencia favorece a fugadores, contrabandistas, y evasores; quienes mediante este engendro legalizarán sus latrocinios. Resta conocer el destino del punto que posibilita blanquear los bienes de “terceros”, o sea, los testaferros de los fugadores. En suma, veremos el periplo que recorrerá la ley en ambas Cámaras ya que falta un recorrido que será espinoso. Ciertamente, el Congreso viene mostrando que existen reservas democráticas y patrióticas. En tal sentido valoramos la unidad de los legisladores de UxP y de otros bloques en ambas Cámaras, que han sido consecuentes con sus identidades y principios. La Ley Bases no tiene que ser modificada ni morigerada, debe ser rechazada en su totalidad. El mismo destino debe correr el mega DNU vigente, por su carácter anti constitucional.

Otra cuestión principal que va surgiendo tras la bruma de los hechos cotidianos, es la estrategia del poder, particularmente de su parte mediática, en su afán por empujar el escenario político hacia el centro y la derecha, con la clara intención de cerrar toda hipótesis popular y progresista, que tenga disposición a presentar al pueblo un programa de reformas económicas y culturales a favor de las mayorías, bajo la inspiración del ideario de igualdad y justicia social. En este sentido, Eduardo Menem, padre de los actuales funcionarios mileistas, fue descarnado: “lo más importante de Milei, es sacar de escena al kirchnerismo que marcó una década”.

Claro que esa presión ideológica conservadora coloca a todos en la misma bolsa: cristinistas, axelistas, progresistas populares, izquierdistas, peronistas e independientes de diversas tradiciones políticas, etc. En ese esquema excluyente, todos serían lo viejo, consecuentemente queda solo la derecha sin importar su proveniencia partidaria; eso sí, aceptarían matices de macristas, ahora devenidos en centristas. Para tal fin, los medios de comunicación descubrieron a Guillermo Francos, a quien presentan como un gran estratega. El hombre fue secretario de tres ministros de justicia de Videla y Massera, cavallista, menemista, lopezmurphista, sciolista, gustavobelista, y luispattista (J. Lanata – Clarín). El Jefe de Gabinete intentará sujetar la nave descontrolada codo a codo con el “Toto” Caputo quien, como señala el comunicador Ernesto Giacomini, procesa su mutación del Messi de las finanzas a ministro rockstar. Todo un gran dislate.

Nota publicada en Página/12 el 05/06/2024

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Neocolonialismo mileista y reacción social

Página/12 | Opinión

neoEl día patrio fue celebrado en las escuelas de toda nuestra geografía, clubes, barriadas y en organizaciones populares, sociales y culturales. Se festejó con los tradicionales locros, bailes y música, a pesar de las angustias e incertidumbres que se viven como consecuencia de las políticas económicas extremas que aplica el presidente Milei. La celebración encontró a maestras, profesores y científicos en plena lucha en defensa de la universidad y la educación pública, expresada en las plazas y avenidas, rodeadas del apoyo de la sociedad y unidos a trabajadores/as, incluyendo a policías, como en la provincia de Misiones. La resonancia de la manifestación multitudinaria del 23 de abril sigue viva, nutriendo la lucha de la comunidad educativa e influyendo en las decisiones que van asumiendo diputados y senadores en el tratamiento de las leyes. En el plano de la política gubernamental, la jornada histórica estuvo signada por la frustración política y personal del presidente, ante la imposibilidad de celebrar el anunciado y soñado Gran Día Libertario. Ante el fracaso de lo que se imaginó como un relanzamiento rodeado de gobernadores y personalidades, y la anhelada señal de gobernabilidad que le reclaman los mercados y la burocracia del Fondo Monetario; los propagandistas del gobierno imaginaron una salida transformista, con el fin de mutar la derrota en éxito. Así fue que se llevó a cabo un festejo “con la gente”, que ocupó la mitad de la plaza a la que el presidente saludó desde el balcón. Paradójicamente, aquel 25 de Mayo de 1810, se reunieron los contrarrevolucionarios liderados por el gobernador Gutiérrez de la Concha, acaudillados por Liniers. Todos serían “arcabuceados” por resolución de la Primera Junta patria, ya que organizaban una fuerza realista para derrotar por las armas a la revolución naciente.

Acerca de aquel simbolismo histórico, surge un interrogante: ¿con quién hubiera simpatizado y actuado el presidente Milei, atendiendo que los revolucionarios de Mayo, tempranamente eran calificados de “robesperrianos” por los comerciantes monopolistas, antecesores de los actuales millonarios “verdaderos héroes del país” admirados por el presidente; ahora asociados a las metrópolis modernas, ergo Estados Unidos, al canciller del rey, David Cameron, todos discípulos de su “heroína” M. Thatcher? En su discurso “moderado ante la gente”, ya que no adoptó su habitual postura teatral insultante, el presidente reiteró su letanía reaccionaria: “bajaré los impuestos”, inspirado en Donald Trump, otro de sus admirados. No aclaró que siempre piensa en reducir o eliminar tributos a los súper millonarios, y gravar a los trabajadores y las clases medias. Para muestra tenemos a mano la Ley Bases: incluye a un millón de asalariados que volverían a pagar impuestos a las “ganancias” (¿de qué ganancias se tratará teniendo en cuenta que son asalariados?), a la vez que baja la tributación en bienes personales al tramo de los más ricos por sus patrimonios. Esa ideología que privilegia a las élites en materia tributaria, incluye a las multinacionales, particularmente a las mineras de origen norteamericano, canadiense y australiano. La ley es tan básica como su propósito: liberarlos de todo tributo para que depreden nuestros recursos naturales, aplicando un arcaico estatuto colonial, con un agregado más extranjerizante aún: en caso de conflicto nos someteremos a los tribunales del CIADI, o sea directamente a los de ellos. Más docilidad imposible, aunque se lo envuelva con una fraseología tan exuberante como engañosa.

En la fiesta mileista no faltaron los cánticos violentos: “Cristina se va presa”. Se trata de una auténtica confesión no solo de odio, sino de sus intenciones políticas: primero se propusieron asesinarla, y ahora reivindican su eliminación enviándola a prisión. Todos esos elementos componen el delirio reaccionario “del ajuste más grande de la historia”, que viene acompañado de la mentada batalla cultural, que, como siempre reitera el presidente: es la más importante. Ahora retoma la vieja idea de “misión regeneradora contra la casta”, que integran todos los que se le oponen. Se trata de paradigmas propagandísticos primitivos que denigran a todo lo diferente hasta su exclusión. Esa práctica de inspiración goebbeliana ya fue utilizada por las dictaduras, que también venían en misión regeneradora, de forma tal que lo primero que marcaban era la eliminación del fantasma comunista; ahora lo aggiornaron a los socialistas, kirchneristas o keynesianos. La causa de fondo también es la de siempre. El núcleo principal del poder económico y sus expresiones políticas de las derechas y sus nuevos ultras, no soportan que ninguna fuerza ni líder político se atreva a cuestionar su poder, ni sus riquezas, ni asumir proyectos que se propongan distribuir más democráticamente los ingresos, utilizando al estado nacional como instrumento para la aplicación de esas políticas sociales. Sienten un rechazo ideológico hacia cualquier gobierno popular que desafíe su sagrado sistema capitalista y sus valores inmutables, ya sea los que se presentan en formato tradicional, como los arropados de modernos; elaborados por editorialistas de los grandes medios gráficos, incluyendo sus repetidoras de radio y televisión, autopercibidos como serios y doctrinarios.

Ellos también integran la membresía del partido regenerador, solo que se sienten investidos de una pátina de sabiduría.

En suma, el gobierno afronta crecientes desequilibrios que se presentan como operativos por su ineficiencia en la gestión, el ensimismamiento en relación con la sociedad civil, y las torpezas y prejuicios ideológicos en los temas internacionales. La causa verdadera es la reacción social y política del pueblo, y sus organizaciones sociales, que vienen enfrentando al proyecto antipopular del Presidente, desde muy temprano, recuperando la movilización como expresión de la lucha por sus derechos.

El “me importa tres carajos, vetaré la ley”, sobre la posibilidad cierta que el parlamento vote una ley asegurando el presupuesto para la educación pública, ciencia y tecnología, desnuda su ideología intolerante y antidemocrática, y su intencionalidad de continuar con su dispositivo narrativo para horadar la subjetividad de la militancia y desmovilizar las protestas. Una misión imposible.

Nota publicada en Página/12 el 29/05/2024

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Revolución de Mayo sin Pacto mileista

Página/12 | Opinión

mileisinpactoComo siempre la interpretación de los acontecimientos históricos expresa visiones ideológicas distintas o directamente antagónicas. El propósito del presidente Milei de utilizar la celebración del 25 de Mayo para generar un impacto político de carácter refundacional, con él mismo como emergente de una nueva época, ejemplifica tales contradicciones insalvables. Aquellos hombres y mujeres que confluyeron en la plaza histórica y a la disputa oratoria del cabildo abierto tuvieron conciencia de que estaban tomando la historia en sus manos y llegaba la hora de rebelarse contra un orden colonial caduco, en pos de abrir paso a una nueva época americanista signada por tiempos revolucionarios y de independencia nacional. Desde esa visión política impregnada de audacia se generó la ruptura histórica, declarando ante su propio pueblo y el mundo la determinación de construir “una nueva y gloriosa nación libre de España” con el agregado posterior del decisivo y cargado de futuro “(…) y de toda otra dominación extranjera”. La evocación reviste una notable significación y vigencia en los tiempos actuales, afirma nuestra identidad como nación soberana y el devenir de la lucha de nuestro pueblo por liberarse de aquel colonialismo anacrónico primero, y de las posteriores potencias dominantes. El cipayismo rampante del presidente Milei simboliza lo opuesto y sigue la saga de M. Macri quien había declarado su admiración al rey de España imaginando desde su mediocridad que nuestros patriotas “sufrieron” cuando expulsaban a los realistas, hartos del desprecio y la indignidad a la que habían sido sometidos durante tres siglos. Sus venerados monarcas habían llevado a cabo el saqueo de nuestras riquezas y uno de los más grandes y macabros genocidios de la historia contra los pueblos originarios americanos junto a los africanos esclavizados. Milei toma la posta intentando superar a su antecesor. Sus paladines modernos son los súper millonarios capitalistas a quienes coloca en un grotesco altar de “los verdaderos héroes de la Patria”. Justo es reconocer que ellos jamás imaginaron que serían adorados por un Presidente de la Nación. Estos magnates de la burguesía local que hicieron su fortuna medrando con contratos y concesiones del estado nacional y nuestras provincias, ahora “descubren” que Milei es un gran conductor político. Se obnubilan por la inesperada posibilidad de que este ultraderechista fanático del mercado, materialice sus tradicionales aspiraciones: liquidación de derechos laborales, recorte drástico de las jubilaciones, eliminación de la moratoria cristinista que incorpora a cientos de miles de mujeres al sistema previsional, baja del “costo” salarial y subasta de nuestros fenomenales recursos naturales, tal cual reclaman los capitales extranjeros y nativos. A esos empresarios de la UIA, AEA, CAC, SRA y AMCHAM nada les importa ante la oportunidad de seguir engordando su ya multimillonaria bolsa. Tanto es así que decidieron salir a la palestra pública para defender al presidente, al que hasta hace poco despreciaban por su primitivismo. Claro que, a la vez que lo protegen, le exigen que “ponga las bolas” (Eurnekian dixit), que gobierne, y vaya a fondo con su plan RIGI. Se imaginan socios menores de las multinacionales que explotarán nuestras riquezas mineras a discreción, sin que el Estado ni la sociedad controlen una nueva era de saqueo neocolonial, al que gustan denominar engañosamente “inversiones productivas”. Mucho menos les importa que la pobreza haya llegado a niveles de catástrofe social: según la UCA 55% y Di Tella 49%.

El levantamiento definitivo del Pacto, su eventual postergación para el 20 de Junio o el 9 de Julio; o su reemplazo por un acto presidencial en soledad, implica no solo una frustración para Milei, quien imaginó que el 25 de Mayo sería una suerte de Gran Día Libertario; sino principalmente una fuerte derrota política. Su convicción irrefrenable de que mediante el chantaje presupuestario al parlamento, a los gobernadores y a la opinión pública sometería a todos rápidamente, lo condujo a un grave error. La maniobra propagandística de que “hagan lo que hagan a mí no me importa”, que se realicen manifestaciones con cientos de miles de ciudadanas/os en todas la avenidas y plazas del país total “a mí no me hace nada”, resulta ser un falsete con el propósito de desarmar y horadar la voluntad de la sociedad. Lo cierto es que desnuda ante la opinión pública que su palabra admonitoria no genera el pretendido efecto paralizante. Desde su mesianismo imaginó que la advertencia se transformaría en bíblica, y que el pueblo argentino sería una réplica de la mujer de Lot, quien por su desobediencia se transformó en columna de sal ante la vista de Dios. El imbatible quedó atrapado en la ciénaga de negación de la realidad y desprecio al pueblo, a la democracia, y a sus instituciones. Su silencio sobre el parlamento como “nido de ratas” y aquel “voy a mear a los gobernadores”, no alcanzó para imponer incondicionalmente su ley y el RIGI neocolonial, a pesar de la claudicación de diputados/as autopercibidos progresistas que chamuyan para los medios y luego votan legitimando a la ultra derecha. Resulta necesario señalar que el núcleo del sistema de dominación político – mediático actúa medrando con la debilidad del campo popular por su falta de unidad y conducción política, a pesar de las grandes movilizaciones de trabajadores, universitarios, científicos, el mundo de la cultura, etc. Su propósito actual es correr todo el espacio político hacia el centro derecha aislando al mundo de lo popular y sus afanes de igualdad y justicia social. La oleada antikichnerista no viene desde alguna crítica fraternal por sus insuficiencias o errores, sino que es impulsada desde la derecha por el sentido político de disputa con los poderes fácticos que le imprimió Néstor Kirchner y continuó Cristina, desde su núcleo principal peronista rodeados de otros afluentes políticos. Así es que atacan por igual a Cristina y a Axel Kicillof por su notoria emergencia. Resulta obligatorio que prontamente se proyecte una unión programática de la oposición democrática popular, ya que es imperativo rescatar a la patria y a la soberanía de estos colonialistas sostenidos por el oportunismo de la burguesía local y la nueva metrópolis de los financistas de Wall Street y del FMI.

Nota publicada en Página/12 el 22/05/2024

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Milei y los empresarios versus los manifestantes

Página/12 | Opinión

837305-835052-834827-whatsapp-20image-202024-04-26-20at-2021-16-42-0En el devenir vertiginoso de los acontecimientos políticos de nuestro país confluyen acciones opuestas: por un lado, las manifestaciones multitudinarias en defensa de la educación y las universidades públicas, el trascendente acto del movimiento obrero del 1° de Mayo y el segundo paro general convocado por las centrales sindicales; por el otro, el fuerte impulso del mileismo por imponer como sea su ley, que nació como ómnibus por su omniarticulado refundacional, y ahora se presenta como Ley Bases.

Los girones que fue dejando en un sinuoso y errático derrotero no rebajan su carácter regresivo y antipopular. En realidad forma parte del propósito principal del proyecto de la ultraderecha: liquidar los derechos sociales conquistados a lo largo de un siglo, y colonizar nuestros inmensos recursos naturales beneficiando a las corporaciones extranjeras y a capitalistas locales expertos en medrar a costa del Estado. El plan se propone profundizar la transferencia de riquezas a favor de los multimillonarios, empobreciendo aún más a trabajadores y clases medias. Ese proyecto antinacional tiene como requisito excluyente destruir literalmente la estructura del Estado, conculcar las leyes sociales y los derechos laborales incluyendo las indemnizaciones; y restituyendo el reaccionario impuesto a las “ganancias” que involucra a cerca de un millón de trabajadores.

En pos de ese objetivo estratégico deben derrumbar el muro histórico de la educación pública en todos sus niveles y a la cultura nacional, tanto a sus hacedores, como a sus valores históricos y simbólicos y a las organizaciones estatales que le dan sustento. Para ese plan “más grande de la humanidad” cuentan con el apoyo del poder empresario local y extranjero. Sus organizaciones representativas (UIA, AEA, SRA y AMCHAM) rápidamente abandonaron sus pruritos declamativos republicanos para sumarse a la cruzada mileista, asumen que este es su gobierno y su presidente. La tentación por la subasta de riquezas ofrecida es lo determinante de su conducta política. Funes de Rioja, su vocero más calificado, fue clarísimo: “transitaremos un camino doloroso, pero hay que hacerlo”, para luego confesar: “las reformas laborales serán un gran paso hacia la modernización”.

Ya se sabe que las mentadas reformas fueron escritas en un bufete que lleva su apellido, a pesar de lo cual intenta explicar que no tiene nada que ver. Se trata de una cruda demostración de la inmoralidad de los dueños del poder económico, decididos a actuar con toda impudicia tras su único y verdadero propósito: potenciar siempre sus ganancias. Ahora van por el Senado para que se apruebe esta ley oprobiosa con el fin de arribar al 25 de Mayo con un triunfo simbólico que fortalezca la gobernabilidad, siempre requerida por el establishment criollo y el FMI. No vaya a ser que las luchas del pueblo desborden el esquema político que van construyendo a los tumbos.

Luego de las dos primeras y concluyentes derrotas en ese ámbito, lograron la media sanción en Diputados. Allí contaron con el concurso de sus socios conservadores del PRO, con los amigables autopercibidos progresistas, que discursean para ese lado y levantan las manos para el otro; favoreciendo el triunfo de la ultraderecha. Complementan este cuadro los radicales que se rompieron y doblaron ante la presión del establishment empresario y los medios de comunicación. El argumento de “dar gobernabilidad y herramientas al Presidente, aunque vaya contra mis principios” resulta inaceptable para toda postura auténticamente democrática.

La legitimidad de origen no obliga a quien se siente y define como progresista, a eludir el hecho incontrastable que existe un gobierno de ultraderecha cuyas políticas se direccionan contra las mayorías sociales, la enajenación de nuestras riquezas y la soberanía nacional. La contradicción es flagrante y exhibe un claro quebrantamiento ideológico y moral. La sociedad irá registrando quién es quién con nombre, apellido y pertenencia partidaria.

El Presidente continúa con su estrategia sustentada en la desilusión de importantes núcleos sociales hacia los gobiernos anteriores, alimentada con pertinacia por los medios de comunicación que ha logrado generar una reacción negativista y escéptica, lo cual posibilita que no se vean los verdaderos culpables, los súper millonarios que siguen parasitando más que nunca al pueblo. Esa bruma de bronca y confusión de una parte de la ciudadanía es un logro cultural circunstancial, que irá chocando con la realidad que impacta día tras día en el nivel de vida del pueblo, tanto de las mayorías humildes como de las clases medias.

Claro que existe la otra mitad de la sociedad en la que el rechazo al Presidente, a sus medidas económicas y a su pensamiento cultural es creciente. Las grandes manifestaciones en todas las plazas del país se van transformando en una fuerte potencia sociocultural de un notorio dinamismo político. Desde allí la oposición tendrá que definir el modo de nuclearse y proponerle rápidamente al pueblo una alternativa novedosa, ya que resulta imprescindible que el distanciamiento y rechazo al gobierno vaya generando una perspectiva política hacia el futuro.

La situación social es dramática, de allí que la respuesta no puede ser la mentada moderación, siempre sustentada en que no hay condiciones y en que no se puede, porque no dan las relaciones de fuerza. La experiencia indica que las grandes plazas de la Patria irán alimentando a las pequeñas en barrios, pueblos, centros de trabajo y de estudio; dándole sustento organizativo desde la base social, nutriéndose del enorme valor que surge de la fraternidad y la cultura local. Existen reservas democráticas que irán estimulando la rebeldía frente a las injusticias y arbitrariedades del poder. La batalla cultural y la disputa política irá creciendo ya que los factores de poder sostendrán al Presidente todo lo que puedan y sus editorialistas continuarán con sus ataques a todo lo que se va construyendo, particularmente a los emergentes más representativos y valorados por el pueblo: Cristina Kirchner y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. Como siempre, el factor de la unidad es un camino muy difícil, pero el único conducente para cohesionar la energía democrática del pueblo.

Nota publicada en Página/12 el 08/05/2024


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La clave, el pueblo en las calles

Página/12 | Opinión

836133-8-a-leandroteysseire-20-282-29Vivimos tiempos de crisis civilizatorias que impactan y erosionan al conjunto de las relaciones sociales, cada vez más condicionadas por el crecimiento de las desigualdades e injusticias en la distribución de los ingresos y por la voraz concentración de la riqueza. Como siempre, las crecientes disputas políticas implican una lucha de culturas, de valores y de simbolismos. Un rasgo emergente de esta situación estructural de la sociedad capitalista de la época, es lo vertiginoso de los acontecimientos y consecuentemente lo efímero de “la noticia”. Así es que en los pocos meses del gobierno libertario y particularmente durante las últimas semanas, “pasó de todo”.

El presidente continuó con su plan de ultra derecha intentando eliminar todo tipo de derechos sociales, culturales, laborales, y ecológicos, incluyendo ceder por 30 dineros la soberanía y la dignidad nacional al imperialismo de nuestro tiempo. La oposición dialoguista va pactando y concediendo a la estrategia del gobierno y de las corporaciones empresarias lanzadas desordenadamente a apoyar a Milei, atraídos por la irresistible pulsión de los negocios que les ofrece el anarco colonialismo, como lo calificó con precisión Cristina.

Tras las brumas de esos devenires y operaciones de políticos flojos de ideología e identidad, y de reputados editorialistas que viven haciendo piruetas literarias para eludir la caracterización ideológica del presidente y su gobierno, lo que emerge con una potencia desbordante es el pueblo en las calles y plazas, inclusive superando las identidades políticas. Este fenómeno clásico de la vida social de todos los tiempos y muy especialmente de nuestra propia historia viene irrumpiendo desde el muy temprano 24 de enero, el 8 de marzo y el gigantesco 24 por Memoria, Verdad y Justicia hasta la marea humana de la marcha en defensa de la universidad y la educación pública, transformada en sujeto político de masas. La manifestación del Congreso a la Plaza histórica, se multiplicó en todas las ciudades y pueblos de nuestra geografía. Los medios de comunicación “serios”, autopercibidos “independientes”, perdieron desconcertados su norte. En el extravío trataron infructuosamente de rebajarla y ahora de distorsionarla: el editorialista principal del diario principal del domingo se lamenta y reprocha los “errores y torpezas del oficialismo”. Ya que estaba, aprovechó para pontificar temerariamente que el “error” del mileismo era “un calco que el kirchnerismo hizo pero con otro sentido”.

Al respecto dos cuestiones básicas: el gobierno no se equivocó, se propone ejecutar su política de refundar la nación con una perspectiva ultra capitalista, para lo cual tiene que destruir al Estado, la cultura nacional, la educación y las universidades públicas. Se trata de una cuestión estratégica en términos ideológicos, culturales y económicos. Segundo, los hechos son incontrastables: durante el kirchnerismo se fijó por ley un presupuesto histórico para educación, ciencia y tecnología, se construyeron y fundaron dos mil escuelas y se sembraron universidades en todo el país que albergan a cientos de miles de estudiantes.

En definitiva, el elemento político determinante de la coyuntura viene siendo el protagonismo del pueblo, condicionando al gobierno y al Congreso, a la vez que demanda a la oposición que se haga eco del crudo reclamo de Cristina: “hay que dejarse de pelotudeces”, o sea, conformar un núcleo de dirección unido que lidere y aglutine la lucha en el plano de la política. La situación del pueblo y la nación es lo suficientemente dramática como para eludir o postergar la compleja construcción de esta meta.

Otro elemento definitorio del modelo es la conducta firme de la oposición parlamentaria de Unión por la Patria, como la reiteración del accionar sinuoso de los “amigables”. Transcurridos casi cinco meses el gobierno venía invicto: no había logrado que el parlamento le apruebe ninguna ley, por el contrario, sufrió dos derrotas. Batía el récord de ilegitimidad política, de allí que el mileismo necesitaba imperiosamente un triunfo aunque sea pírrico. Todo vale en pos de la gobernabilidad siempre reclamada por los súper millonarios. Que no haya turbulencias así continúan con sus negocios y ganancias, que como siempre fugarán a las guaridas. Los amigables desnudan su esencia amorfa en términos ideológicos, mostrándose decididos a darle oxígeno a la ultra derecha. Las concesiones que les entregaron, luego de los basureos a los que fueron sometidos por el presidente; no justifican su quebrantamiento ideológico y moral. Muchos de ellos se doblaron y rompieron, mutando de Alem, Yrigoyen y Alfonsín a un personaje tan menor como De Loredo. Sin embargo, es valorable que otros fueron fieles a sus convicciones e identidades históricas.

La aprobación de la ley mini ómnibus es igualmente peligrosa en términos democráticos, ya que le otorga poderes extraordinarios a este impredecible presidente. Resulta clarísimo que deben mostrar gobernabilidad ante el fondo monetario, los mercados, la AEA, AMCHAM y la UIA. Estos poderosos vienen reclamando atención a la temática social especialmente cuando crece la reacción popular. Se advierte un desgaste del gobierno ante la sociedad por el impacto brutal de la caída de los salarios, las jubilaciones y los super tarifazos, a pesar de lo cual una parte de la ciudadanía que votó a La Libertad Avanza sostiene la esperanza en que “le vaya bien”, asentada en la disconformidad y desilusión con los gobiernos anteriores.

Ciertamente en importantes núcleos de nuestro pueblo caló una idea básica que penetró en el sentido común: las cosas están mal por la casta, por lo tanto, primero hay que sufrir y luego vendrán tiempos mejores con la ayuda de los cielos. Tras las brumas de lo cotidiano y las reacciones del presidente, se despliega un temerario plan económico y cultural que se sustenta cada vez más nítidamente en el establishment, tanto local como extranjero. Es aplicable una variante del axioma de Clausewitz: se trata de la continuidad del macrismo por otros medios, o bien todo el poder a los mercados materializado en las corporaciones empresarias, para lo cual se allanan a la necesidad de destruir al estado.

Como símbolos de estos días, Milei presentará su libro en el barro de las vacas y toros frente a la tribuna de la oligarquía con olor a bosta, como alguna vez le espetó Sarmiento.

Nota publicada en Página/12 el 03/05/2024

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