Un Cabildo para enfrentar la especulación

El Diputado Nacional Juan Carlos Junio participó del lanzamiento del primer «Cabildo Abierto para la Convocatoria Económica y Social por la Argentina». La iniciativa fue impulsada por trabajadores, PyMEs, intelectuales, productores agropecuarios y fuerzas políticas. Desde este Cabildo, buscan construir acciones y herramientas contra la especulación de los formadores de precios y en defensa de los consumidores.

Se cumplió una primera etapa de Precios Cuidados. Desde el Partido Solidario, ¿qué balance hacen de esta primera fase de intervención del Estado ante los aumentos desmedidos?

Creemos que es una buena iniciativa del Estado Nacional porque apunta por primera vez a entrar a lo profundo del problema, que es la cadena de valor. Es muy frecuente que tres o cuatro grandes corporaciones dominen el 80% o 90% de una rama de la industria. Esto se ve particularmente en la rama alimenticia. En general son grupos muy concentrados. Por eso, es un hecho importante meterse profundamente en las cadenas de valor, desde los inicios del proceso productivo hasta el final de la distribución de los bienes. De alguna manera los grandes grupos se han resignado a que el Estado se meta adentro de sus empresas y más que nada de sus costos. Tanto lo de Precios Cuidados como nuestra convocatoria a un Cabildo Abierto son la emergencia de una actitud económica y política que comenzó a mediados de diciembre. A partir de la devaluación, hubo una fuerte ofensiva de las grandes corporaciones para aumentar los precios más allá de lo único que podría haber sido justificado, que es el componente dolarizado de sus costos. Por lo tanto, ahí hubo una ofensiva muy grande de apropiación de la renta, que en realidad es la apropiación de la riqueza de los consumidores, de los ciudadanos, del sector de ingresos fijos y a las clases medias. A lo largo de toda esta cadena de valor, las grandes corporaciones se quedan con un cacho más grande de la riqueza.

Hacen la redistribución al revés…

Claro, o en todo caso la contra-redistribución, lo que hicieron siempre en las devaluaciones. Por eso, en general todos tenemos un reflejo contra las devaluaciones, porque al sector de ingresos fijos no se le aumentan los sueldos como se aumentan los precios en la economía en la devaluación. La novedad acá es precisamente lo de Precios Cuidados, que el Estado trabaje para que los precios no tengan una subida arbitraria y tengan correspondencia con los costos, y entonces las transferencias de ingresos del sector de ingresos fijos no sean las típicas de este tipo de devaluaciones. La otra cuestión que está relacionada con todo esto es el tema de las paritarias, como lo fue el conflicto docente. A lo largo de estos años, ya sea vía paritarias o vía la acción del Estado mediante subsidios sociales, se logró empardar o ganarle a la inflación y a los aumentos de los precios. Por eso se ha podido sostener la mejora en el nivel de vida, el consumo, y una mejor distribución de la riqueza. Hay que preguntarse si las grandes corporaciones han obtenido ganancias como para afrontar estas demandas salariales de las paritarias. Y la respuesta contundente es que sí, han obtenido enormes ganancias a lo largo de esta década y en los últimos tiempos. Por lo tanto, es vital que las paritarias de los trabajadores tengan logros que se correspondan con el proceso inflacionario. Por eso es legítimo que los maestros peleen por el poder adquisitivo de su salario. Si bien en este caso el empleador es el Estado y no patronales privadas, la clave es que los trabajadores no retrocedan en sus ingresos.

¿Ustedes respaldaron el conflicto docente que encabezó Baradel en la Provincia de Buenos Aires?

Sí, claro. Todo conflicto puede tener visiones críticas acerca de los modos tácticos en que se llevan a cabo. Si debió ser por tiempo indeterminado o no, si debió ser por 72 o 48 horas, puede ser materia opinable y en este caso tiene importancia porque están los alumnos, no es como una huelga del Gremio Metalúrgico. Por lo tanto, admito esa complejidad y no la subestimo. Pero lo central es que los maestros en la Provincia de Buenos Aires estaban atrasados con respecto a la mayoría de los distritos del país, tenían el más claro derecho a que el gobierno de la Provincia de Buenos Aires les pague. Y si el gobierno no tiene plata es porque no la va a buscar a los sectores de alta capacidad contributiva. La Provincia de Buenos Aires es la Pampa Húmeda, tierra riquísima donde están ganando mucha plata, hay que ir ahí a buscar los recursos. Y si no va, no puede decir «No tengo plata» e ir contra los maestros. Por eso mi posición siempre fue de acompañamiento a los maestros.

En América Latina hay una ola de cambios, pero también de golpes, de intentos desestabilizadores. ¿Encuentran un correlato entre la corriente desestabilizadora que corre por el continente y estas maniobras concretas de suba de precios y corridas del dólar?

Creemos que el accionar de los últimos días de diciembre y de enero y febrero, tenía un doble propósito. Por un lado, apropiarse de la riqueza, que es lo que ya explicamos anteriormente. Por el otro lado, generar un clima de zozobra, de caos, de incertidumbre, de desestabilización política. La intención fue debilitar al gobierno lo máximo posible con vistas al proceso electoral del año que viene, para poder vencerlo y terminar con el proyecto latinoamericanista que encarna el kirchnerismo actualmente. Hay una acción política de las grandes corporaciones que se respalda en los medios de comunicación, que no son sólo difusores del poder sino que están en la misma encarnadura. Por eso, este tema tiene parentesco con lo que pasa en otros países del continente. Ningún caso es igual, el nuestro no es como el de Venezuela y sin embargo tiene un parentesco en quién es el gran titiritero de todas las épocas, que es el Imperio, Estados Unidos, que quiere terminar con la ola americanista de su patio trasero. Por eso desarrollan una acción desestabilizadora en todos los países del continente y Argentina no es una excepción.

¿Qué los moviliza a construir este Cabildo abierto y qué tipo de iniciativas se proponen desplegar desde ahí?

En el Cabildo creemos que hay una acción desestabilizadora de los formadores de precios y eso nos convoca a juntarnos. Componen el Cabildo organizaciones sociales de trabajadores, muchos de ellos de la CTA, PyMEs, cooperativas, organizaciones de la economía agraria. Nuestra convicción y conclusión es que no alcanza con pronunciarnos, sino que es imprescindible encontrar vías de protagonismo y participación popular que complementen la acción gubernamental de disputar con los formadores de precios. El sentido principal del Cabildo es, en concordancia con la Secretaría de Comercio, encontrar formas para que el pueblo sea protagonista en la pelea de los precios. Estamos planteando que haya algún mecanismo de concejo organizativo que represente a las instituciones más diversas, para que colaboren y complementen lo que está haciendo Precios Cuidados. Planteamos el tema de ferias y mercados y todo lo que tienda a acercar los productos a la comunidad. Buscamos que el Cabildo se vaya organizando en todas las provincias, en todas las ciudades. Queremos convocar a la ciudadanía a buscar mecanismos de contribución al control de precios a las grandes corporaciones. No tenemos la receta acabada para encontrar las formas de protagonismo popular, pero esa es la búsqueda política.

Y va por el camino de las economías alternativas, de la economía solidaria…

Exactamente. Y al mismo tiempo contribuir al control. Hay una forma de enfrentar estas grandes corporaciones, que es el Estado con el pueblo. El Estado no puede ser un Estado bobo, debe tener la facultad sancionatoria frente a las grandes corporaciones que le gambetean las sanciones con artilugios jurídicos. Por eso estamos de acuerdo con la iniciativa del Diputado Recalde y con cualquier otra iniciativa similar, como la de Cabandié o la de Aníbal Fernández… Apoyamos que aumenten las capacidades sancionatorias, eso evitaría las gambetas maradonianas, siniestras, que hacen estos tipos.

El Partido Solidario propone fijar un tope de ganancias por parte de las empresas, lo que establece una polémica con algunos sectores del gobierno. ¿Cómo es esa propuesta y cuál sería para ustedes una ganancia razonable?

Nosotros creemos que, vía aumentos de precios injustificados, las empresas obtienen ganancias que son abusivas, sobre las que el Estado tiene que intervenir. Se debe estudiar un mecanismo impositivo que establezca un nivel razonable de ganancias según la rama de actividad, de la industria o de los comercios (porque la rentabilidad empresaria tiene diferencias según la rama). Por encima de ese nivel de ganancia razonable, y mediante una norma impositiva, el Estado debería quedarse con el exceso. Eso sería un disuasivo muy grande para que los precios estén contenidos dentro de lo razonable. Es cierto que esto va en contra de lo que muchas corporaciones consideran como un dogma: que la ganancia empresaria es sagrada, no se toca ni se discute, que debe haber la más absoluta libertad del mercado y que la empresa puede ganar en forma indefinida. Nosotros creemos que la única libertad es la que está relacionada con el interés colectivo.

Texto: Santiago Mouradian
Nota publicada en Revista Hamartia en su edición del mes de mayo de 2014

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