Página/12 | Opinión
Por Juan Carlos Junio
Se hizo Justicia. Finalmente, la Cámara de Senadores transformó en ley el proyecto de expropiación del hotel cooperativo Bauen que contaba con media sanción de la Cámara de Diputados.
Esta notable experiencia demostró que la gestión cooperativa es una verdadera alternativa de organización para darles vida a los emprendimientos productivos con fines sociales.
A poco de andar, el colectivo de trabajadores fue asumiendo las implicancias del paso de un modelo de trabajo en una empresa capitalista, cuyo objeto social es la maximización de ganancias, a otro sistema basado en el opuesto ideológico: la cooperación y la solidaridad como motor y estímulo para el trabajo. En ese devenir, prontamente logró rodearse de la simpatía y el apoyo de una larga lista de organizaciones representativas de los trabajadores, núcleos culturales, universidades, agrupamientos de las pymes nacionales e internacionales.
Hoy, esta originalísima experiencia se ha transformado en un icono de la sociedad porteña.
Y, como tal, es justo y necesario que el Estado intervenga para resolver su situación en favor de lo social, defendiendo puestos de trabajo y un proyecto que beneficia a diversos sectores de la sociedad argentina.
El hotel fue edificado con créditos otorgados por el Estado nacional entre 1977 y 1978 (durante la última dictadura cívico-militar). Ese dinero nunca fue devuelto por los empresarios que construyeron el hotel, quienes lo cerraron y abandonaron en 2001, dejando en la calle a más de 130 familias. En el año 2003 los trabajadores lo recuperaron, pusieron en marcha el proceso productivo y desde entonces lo gestionan. Ya van trece años en los que el personal del hotel, organizado en cooperativa, hizo que la empresa funcione en forma eficiente, brindando un servicio trascendente a la comunidad, con un sentido auténticamente solidario.
El proyecto de expropiación del diputado nacional Carlos Heller, que asimiló las iniciativas de otros legisladores, fue transformado en ley por el Parlamento y establece la utilidad pública y la expropiación de los inmuebles y de las instalaciones que componen el edificio del hotel que estén relacionados con la explotación turística, social y comunitaria que se desarrolla en el edificio.
La ley es taxativa en un punto fundamental: la suma que deberá abonarse en cumplimiento del proceso de expropiación será cancelada total o parcialmente según la correspondiente tasación, con los créditos que el Estado Nacional posee con relación a los antiguos dueños en virtud de los préstamos contraídos por estos y no abonados. Este punto de la ley es virtuoso, ya que sería un claro contrasentido que el Estado renuncie a cobrar sus créditos.
Por el mismo proyecto, el Estado Nacional cederá en comodato los bienes expropiados a la Cooperativa de Trabajo Buenos Aires que integran los trabajadores del Bauen.
La cooperativa, a la vez, se compromete a desarrollar en sus instalaciones prácticas educativas relacionadas con el aprendizaje de oficios vinculados a la hotelería y a establecer convenios con universidades públicas, gobiernos provinciales e instituciones sociales para que en sus instalaciones se realicen prácticas de turismo, gastronomía, cooperativismo y diversas actividades socioculturales, destinando para esos fines el 30 por ciento de sus plazas.
Nada de todo esto será una novedad para la cooperativa, ya que las actividades descriptas se realizan desde hace varios años. De este modo, la ley recoge y convalida las muy diversas iniciativas y políticas implementadas por los trabajadores del Bauen a lo largo de estos años fructíferos.
En la actualidad están activos y en funcionamiento convenios con universidades para la evaluación de los docentes universitarios de todo el país, el hotel los hospeda y en sus instalaciones se produce el proceso de evaluación. Además, se establecieron acuerdos con provincias para que se alojen personas que deben recibir tratamientos médicos en nuestra Ciudad.
Son utilizados los salones para que ensayen de modo gratuito grupos de artes de diversos géneros, muchos de los cuales se presentan en el hotel. Todos los años, la presencia de Dyango, un huésped histórico del Bauen, se ha transformado en un símbolo del afecto de los artistas. También se realizaron grandes eventos artísticos en los que actuaron, por ejemplo, León Gieco y Agarrate Catalina.
La vocación de brindar un servicio a la comunidad, a la vez que se nutre de ella, se expresa en la multiplicidad de convenios para el uso de sus instalaciones con la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE ), la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE ), la Asociación Gremial de Trabajadores de Subterráneo y Premetro (AGTSyP), el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba), el Sindicato de Trabajadores Judiciales (Sitraju), el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC), la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT); la Confederación Cooperativa de la República Argentina (Cooperar), entre otras instituciones.
Como señala Federico Tonarelli, uno de los principales referentes del Hotel Bauen Cooperativa de Trabajo, fueron años de un notable aprendizaje social, cultural y político.
Se hizo justicia para los trabajadores del Bauen que defendieron su proyecto colectivo en todos los planos, en todos los momentos, incluyendo aquellos de escepticismo y desazón. Pero también para muchos sectores de la Ciudad de Buenos Aires y de las provincias que fueron solidarios compartiendo su lucha en tantos momentos difíciles.